Deseo Alquimista

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En cada cultura, desde la antigüedad, el oro ha sido valorado por su singular belleza, al igual que sus propiedades únicas. Desde el principio de los tiempos, surge un concepto llamado “Alquimia”, protociencia que se expandió por todo el mundo en un intento de convertir metales base en “El Rey de los Metales”. La idea de transmutación toma como punto de partida la observación de la presencia de cambios ocurriendo en la naturaleza, y en ellos, la aplicación de analogías y correspondencias entre sí. Las teorías básicas principales datan de diversas teorías de la materia, que reduce la diversidad de sustancias materiales a varios ‘elementos’ fundamentales.

LAS PROPIEDADES FÍSICAS Y QUÍMICAS DEL ORO, SUS
ALEACIONES Y SUS COMPONENTES HAN SIDO
EXTENSIVAMENTE INVESTIGADOS A TRAVÉS DE LOS AÑOS.


El metal amarillo ha tenido una inmensa
influencia en los ámbitos económicos y culturales
en la historia del hombre, principalmente por sus
propiedades particulares. 


Es bien sabido el valor que el oro puede tener, sin embargo, este no radica únicamente en su apariencia brillante, sino en sus propiedades, es un excelente conductor de calor y electricidad, es el más maleable y dúctil de los metales, una onza de oro puede ser moldeada en una lámina que cubra 30 m2, tan delgada que puede transmitir luz verde y seguir conservando su maleabilidad. Es uno de los pocos metales que se encuentra en composición pura, ya sea como finas partículas dispersas, o rocas que contienen oro en depósitos aluviales. Ha sido visto, desde timpos antiguos, como símbolo de inmortalidad pues no se corroe, ni se oxida. Aunque está muy extendido en la naturaleza, es extremadamente escaso y representa solo el 0.0000005% de la corteza terrestre a comparación con otro metales. Su escasez volvió del oro la posesión más preciada de reyes y nobles, siendo utilizado también como medio de intercambio, así como la base de la mayoría de los sistemas monetarios. El deseo por su adquisición generó el impulso para numerosas expediciones exploratorias; desde los viajes de Jason, pasando por el viaje de Marco Polo hasta Cathay, el descubrimiento de Colón del nuevo mundo, las exploraciones españolas de América Central y del Sur, hasta la serie más reciente de la fiebre del oro: California, Nevada, Colorado, Alaska, el territorio de Yukón de Canadá, Siberia, Australia y Sudáfrica. El oro lideró la extensión de la civilización y la apertura de nuevos territorios. Hoy Sudáfrica es el principal productor mundial de oro, seguido por la URSS.


EL ARTE DE TRANSFORMAR

‘Alquimia es simple química. El nombre ha sido descompuesto
por las locuras y propósitos de los antiguos alquimistas’
- ISAAC ASIMOV

La alquimia ha sido interpretada por mucho escritores en un sentido restringido, como el pretendido arte de transmutar los llamados ‘metales básicos’ en ‘metales nobles’, oro y plata; y en un sentido más amplio, como un sistema de filosofía con el propósito de indagar en el misterio de la vida, así como la formación de sustancias inanimadas. La alquimia surge como una mezcla de ciencia primitiva, metalurgia, misticismo, filosofía, religión, astrología y diversas ciencias ocultas. Desde el tiempo de su aparición en el Egipto grecorromano, hace aproximadamente 2000 años, y hasta la actualidad, la alquimia ha evolucionado en diversos contextos culturales e intelectuales, para desplegarse a lo largo de múltiples líneas. Temas afines a los desarrollados en la alquimia occidental fueron también abordados en las investigaciones iniciales de Extremo Oriente (China e India).      

El metal amarillo ha tenido una inmensa
influencia en los ámbitos económicos y culturales
en la historia del hombre, principalmente por sus
propiedades particulares. 


Los orígenes de la alquimia se remontan al antuguo Egipto de la civilización cosmopolitana y helenizada de los primero siglos de la era cristiana. Egipto había caído en la influencia cultural Griega después de la conquista de Alejandro. Tras su absorción por el Imperio Romano, su ciudad principal, Alejandría, se convirtió en un cruce de caminos para culturas, personas, e ideas. De esa mezcla del Oriente Mediterráneo, proceden los primeros textos químicos, naciendo así su nombre chymica. La fundición de metales (plata, estaño, cobre o plomo), a partir de sus menas, se había venido practicando desde 4000 años atrás; se había desarrollado la técnica de la formación de aleaciones, como el bronce y el latón; en Egipto había una atersanía, producto de la manipulación de vidrio, creación de gemas artificiales, cosméticos y otros productos que reflejaban una química ya establecida. Los primeros textos que los estudiosos atribuyen a la historia de la alquimia se escribieron en griego sobre papiros en el siglo tercero de nuestra era; fueron descubiertos en Egipto seis siglos más tarde, y ahora se conservan en los museos de Leiden y Estocolmo, aunque no son los únicos documentos originales que han sobrevivido del período greco-egipcio. Se escribieron muchos libros y tratados en ese período que se encuentran en un compendio de fragmentos; conforman el Corpus alchemicum graecum, compilado por autores bizantinos. El texto más antiguo del Corpus lleva por título Physika kai mystica. Pese al título, no guarda ninguna relación con lo que entendemos por mística en el pensamiento religioso, sino que designa lo secreto y oculto. Igual que los papiros mencionados, se propone imitar metales preciosos. El proceso de fabricar oro se llamaba chrysopoeia; solía ir acompañado de la argyropoeia, o fabricación de plata.


TRANSMUTACIÓN

 

A pesar de los diversos sentidos con los que la alquimia puede ser interpretada, su principal objetivo es convertir metales ‘base’ en oro.  Desde que muchos alquimistas eran mineros y metalurgos, quienes aparentemente podían convertir rocas y arena en metales, creían que aparentemente podían convertir rocas y arena en metales, creían que verdaderamente la roca se transformaba en metal, a veces en plomo opaco, a veces en cobre rojizo, a veces en plata blanquecina y a veces en oro amarillo. Creían que los metales creían en la tierra, cambiando de color a medida que maduraban (esa idea persiste aún en Filipinas); en donde los mineros sembraran semillas de otro, más oro crecería de ellas. A finales del siglo XVI, un famoso minero llamado Calbus de Freiberg, describe el crecimiento y el desgaste de los metales, que se creía que eran generados por una exhalación de un planeta respectivo – oro (El Sol), plata (La Luna), acero (Marte), mercurio (Mercurio), estaño (Júpiter), cobre (Venus) y plomo (Saturno) – y madurado a través de exhalaciones, se obtenía oro “el metal perfecto”. Sin embargo, si el oro no hubiese sido considerado como una fruta o influencias planetarias, en aquel entonces se hubiera considerado como desecho por la escases del mismo. 


TRANSMUTAR ES EL PODER DE TRANSFORMAR, DE CAMBIAR ALGO EN OTRA COSA, AHORA DESDE UN SENTIDO ALQUIMISTA, ES LA TRANSFORMACIÓN DE METALES, EN UN SENTIDO MÁS HUMANO, EL ARTE DE TRANSMUTAR ES PARTE DE LA TRANSFORMACIÓN DEL SER.

Los antiguos alquimistas pensaban que el universo poseía una unidad fundamental, una única sustancia material de la que provenían todas las cosas mediante distintas transformaciones, por lo que era deducible una posible transformación material de un elemento en otro y buscaban transmutar sustancias inferiores en aquella que supusiera el grado máximo de la escala material, siempre que las condiciones fueran adecuadas. Creían que las sustancias minerales básicas eran el azufre y el mercurio y que los demás metales surgían de distintas proporciones en la combinación de estos dos elementos pasados por fuego, elemento transformador por excelencia con el que el hombre aprendió que la materia podía transformarse a voluntad. Aseguraban que de esas mezclas era posible la obtención de oro, símbolo de la perfección. Por la falta de conocimiento, muchos alquimistas veían reacciones químicas ordinarias como transmutación; un ejemplo fue depositar cobre sobre metal de hierro colocado en una solución de sulfato de cobre, se suponía que una reacción redox era una transmutación de hierro en cobre, hasta el final del renacentismo. Surgieron también reacciones de mucho valor con cambios de color con minerales. El arte de colorear metales, o producir varias aleaciones de metales básicos de color dorado, era muy conocido y fácil de realizar, y para personas poco conocedoras, si una sustancia era del color del oro, se creía que era oro. 

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