Ubicada en la costa del Pacífico mexicano, dentro de la Bahía de Banderas, Puerto Vallarta es una ciudad que opera como un punto de cruce: entre lo tradicional y lo contemporáneo, entre lo local y lo global, entre la costa y la sierra, este destino no se limita al turismo de playa: es un nodo cultural, histórico y visualmente potente.
Puerto Vallarta es el segundo destino de playa más visitado de México. Recibe millones de visitantes cada año, lo que ha generado una infraestructura amplia, una oferta cultural diversa y una comunidad que evoluciona sin perder su identidad. El desarrollo turístico ha sido clave en su economía, pero también en su transformación urbana, en su relación con el arte público y en la multiplicidad de voces que conviven en su espacio.
Playas, montañas, reservas ecológicas, galerías, arquitectura patrimonial, gastronomía regional e internacional, festivales y tradiciones. Todo forma parte del entorno. Todo tiene un rol en la narrativa de la ciudad.

Desde 2018, su centro histórico fue declarado Patrimonio Cultural de Jalisco, reforzando el valor simbólico de sus construcciones y el peso de su historia. A esto se suman costumbres vivas, celebraciones nacionales e internacionales, y una vida pública que integra tanto a residentes como visitantes sin necesidad de traducción.
El Malecón no es un paseo turístico: es la columna vertebral de la ciudad. Un andador de un kilómetro frente al mar que funciona como galería urbana, punto de encuentro social y escenario de múltiples manifestaciones artísticas.
En él conviven esculturas, música en vivo, actos escénicos espontáneos y una arquitectura abierta al tránsito cultural. Obras emblemáticas como “El caballito” de Rafael Zamarripa, “Búsqueda de la razón” de Sergio Bustamante o “La Rotonda del Mar” de Alejandro Colunga no están ahí solo para ser observadas: forman parte del paisaje habitual y del diálogo entre arte y espacio público.
La Bahía de Banderas es un sistema complejo. Al norte y al sur, una serie de pueblos costeros aportan variedad, contexto y matices. Punta Mita, Sayulita, La Cruz de Huanacaxtle, Bucerías, Mismaloya, Boca de Tomatlán y Yelapa forman parte del corredor natural y cultural que enmarca a Puerto Vallarta.
Cada uno tiene un ritmo propio, una estética específica y un tipo de experiencia distinta. Algunos conservan dinámicas tradicionales, otros funcionan como enclaves turísticos alternativos, otros más se han convertido en comunidades creativas con fuerte presencia internacional.

Hacia el interior, en las montañas, se abren rutas hacia pueblos como San Sebastián del Oeste, Mascota y Talpa. Sitios con arquitectura virreinal, historia minera y una manera distinta de entender el tiempo y el territorio. Lejos del litoral, pero dentro del mismo ecosistema cultural.
Nos enorgullece anunciar la apertura de nuestra nueva tienda en Puerto Vallarta. Una ciudad que combina historia viva, diversidad cultural y una energía en constante transformación. Este nuevo espacio forma parte de ese diálogo: entre lo local y lo global, entre lo tangible y lo simbólico. Te invitamos a visitarnos.