Felipe V fue rey de España desde el 1 de noviembre de 1700 hasta su abdicación en favor de su hijo Luis el 14 de enero de 1724, y nuevamente desde la muerte de su hijo el 6 de septiembre de 1724 hasta su propia muerte el 9 de julio de 1746. Ocupaba una posición destacada en la familia real francesa como nieto del rey Luis XIV. Su tío abuelo, el rey Carlos II de España, lo nombró heredero en su testamento.
La ascensión de Felipe al trono español provocó la Guerra de Sucesión Española, un conflicto de 13 años que terminó con el Tratado de Utrecht, el cual prohibía toda posibilidad futura de unión entre los tronos de Francia y España. Felipe fue el primer miembro de la Casa de Borbón francesa en gobernar como rey de España. La suma de sus dos reinados, 45 años y 21 días, constituye el periodo más largo en la historia moderna de España.
El real fue una unidad monetaria en España y sus colonias durante varios siglos. Cuando se descubrieron más depósitos de plata en los territorios coloniales, hubo una necesidad urgente de exportarlos a España rápidamente. Para ello, desde el reinado de Felipe II, las casas de moneda comenzaron a producir monedas irregulares conocidas como macuquinas (cobs). Una barra de plata se cortaba simplemente en trozos del peso adecuado.
El objetivo de estas piezas toscas pero de peso preciso era facilitar su transporte a España. Allí, las macuquinas se fundían para fabricar joyas, monedas, lingotes y otros objetos de plata. Cada moneda tiene una forma única y es una pieza irrepetible de la historia.